Me confieso, he pervertido a mi Silvia. He puesto el Danubio Azul, le gusta, lo sigue, disfruta de la música de Strauss. Esa no es la perversión, en modo alguno, estoy convencido de que a una persona que le gusten las canciones de Melendi o de Bisbal podría llegar a disfrutar con el vals del rio, incluso aquellos que se deleitan con el flamenco híbrido de Sur, ruido y nada, podrían.
La perversión a la que me refiero ha sido conseguir que le guste casi la ópera, siguió conmigo (supongo que ya se habrá confesado) toda la Obertura y el primer acto de el Murciélago.
Está en Youtube...prueben con cuidado, no sea que se perviertan también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario