Sin tierra prometida, ni falta que hace. Echo un ojo al país de al lado, busco un lejano recuerdo. Una troupe portuguesa de gitanos en el tren. Iban a las fiestas de Ávila fundamentalmente a pedir limosna. Uno de los hombres se arrancó, cantaba un fado, los fados son como son, pero este era como todo lo gitano especialmente triste y al mismo tiempo especialmente esperanzado. No se cual sería, no he aprendido portugués, así que dejo esto en prenda o lo dejo como exvoto.
¡Ja priiiiimo!
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